jueves, 26 de julio de 2012

¡PIRATA FUI!



 ¡PIRATA FUI! 



Hubo una vez que una parte de mi fue como los piratas… 
Pelo negro rizado al viento, descuidada, ojos inteligentes color tierra, de esa tierra de la que están formadas las montañas que rodean a mi Valledupar del alma, pata de palo y por supuesto parche en el ojo. 

Como pirata no era tonta, el parche en el ojo era solo una excusa para no mirar lo que no me gustaba o lo que me dolía… 

¡Me hacia la tuerta siempre que lo consideraba oportuno! 
Cuando el sol se ponía en el horizonte y el mar daba tregua a mi barco bajaba a mi camarote, me deshacía del gorro, del parche y hasta de la pata de palo…

¿Realmente era una pirata? ¿O era simplemente un disfraz? 

Todo ocurrió un día lejano cuando era muy joven y vivía aún en Santa Marta, caí al agua por accidente en una tarde de tormenta, me hundí rápidamente mientras aleteaban piernas y brazos sin remedio. 

Y al llegar al fondo un despiadado Mero me asalto de sorpresa desde su guarida y de un solo bocado me arrancó el corazón… 

Me sentí morir, vi cómo mi sangre coagulaba delante de mis ojos estupefactos y como la marea la mecía en hilos que salían de mi pecho. Miré hacia arriba y con largos y seguros impulsos de mis manos y pies alcance la superficie.

 Mi cabeza emergió pero ya no era la misma. 
 Una dulce mujer sin corazón ya no puede tener la misma mirada. 

La tristeza, la dureza el frió del alma dejo marcas en mi cara, en mis pupilas que nunca desaparecerán… 
Nadé sin descanso.  Sin gesto alguno de flaqueza hasta que encontré un barco en ruinas anclado en una playa de piedras y arena fangosa. 

Desde entonces cada día salía a piratear de pueblo en pueblo y de isla en isla. 
Yo era una pirata, pero buena, si acaso solo saqueaba lo que adolece, la felicidad de los otros, la magia de las magas, la alegría de los perros y el calor de las familias.
 
 Sin esas cosas mi vida de pirata era muy triste y melancólica. 
 Bebía vino en vaso grande y me dedicaba triste y nostálgica a mirar a los seres del mar por el ojo de buey de mi camarote. 
 Envidiaba a las gaviotas con sus grandes alas porque como pirata buena, era prisionera de mi propio disfraz y de mi propio barco de palo. 

Sin los botines, sin lo tesoros en época de escasez de amor, me encerraba en mi camarote y leía una y otra vez los mismos libros y otra vez los mismos poemas. 

Y lloraba en silencio mi ira por no saber quemar en la caldera ese disfraz de pirata que tanto maldije cada noche...

Pero de nuevo cuando el día despuntaba en mi negro mar, me volvía a poner sin remedio mi disfraz de pirata, ponía mi cara de mala y añadía a mi rostro el parche a lo que no quería ver y subía a cubierta dispuesta a partir de nuevo en busca de nuevos tesoros que saquear…










¡VEINTE AÑOS!


¡VEINTE AÑOS!

  El día amaneció hermoso, fresco, claro, pero para mí era ¡Gris y Opaco! 
¿Porque? ¿? Recostada al ventanal observé la gente al pasar…
Algunos con prisa y otros sin afán… 

Y pienso… “Cada uno de ellos tiene una historia de amor que contar quizá con un feliz final” 
¡O tal vez como la nuestra con un triste desenlace! 
¡Pero historia de amor al fin! 

Es entonces cuando recuerdo el por qué mi día es gris y opaco 
Hoy… Hace veinte años de tu temprana partida… 
¡Iré a visitarte! ¡Veinte Años! 

Me dirigí al camposanto llevando entre mis manos un ramo de rosas blancas,
deposité en ellas un beso e hincada de rodillas ante tu tumba…
¡Después de veinte años te quiero confesar! 

¿Sabes que durante todo este tiempo no he dejado de recordarte un solo día? 
¿Qué desde hace veinte años mi vida ya no es vida que mi alma está vacía y dolida?
¿Sabes que a veces me siento culpable por no haber estado en casa aquel fatídico día en que fuiste a buscarme desesperado y le dijiste a mi madre que tenías que de decirme algo? 
¿Qué sería? ¡Ese “algo” ha sido mi tormento desde ese día! 

Sólo dejaste un recado “Regreso a las diez” y nunca volviste…
 ¡A esa hora ya estabas muerto! 
¿Por qué no fuiste a mi oficina como siempre lo hacías? 
Si me hubieses buscado allí te habría escuchado y hoy estarías aquí a mi lado o tal vez al lado de “ella” pero ¡Vivirías! 

¡Pensar que donde “Ella” te estaban esperando…! 
¿Por qué opusiste resistencia? ¿Porque no entregaste ese maldito auto? 
¿Qué pasó? ¿Qué querías decirme? 

¡Dios mío han sido veinte años de incertidumbre y secretos!
¿Sabes que el auto nunca se reclamó? ¡Tu padre no me dejó! 
 ¿Por qué? ¡Nunca lo supe! Simplemente ¡Se perdió! 

Pero es bueno también que sepas que durante estos veinte años me he enterado de muchas cosas… 
¡Por ejemplo que dejaste una casa a nombre de ella! ¡Mientras… tus hijos y yo aún pagamos arriendo! ¿Qué dejaste un Seguro de Vida y los beneficiarios fueron ella y el hijo que juntos tuvieron? 

Bueno… 

¡Déjame decirte que me fue duro sacar a los niños adelante y hacer de ellos personas de bien!
¡Que pasamos hambre y necesidades! ¡Qué lo perdimos todo porque tuve que pagar todas tus deudas, las cuales nunca supe de donde salieron!
¡Qué dormimos sobre una sábana en un piso duro y frío! ¡Qué tu familia nos ignoró!
¡Qué tus hijos tuvieron que trabajar para poder pagar sus estudios porque hubo momentos en que las fuerzas me flaquearon y no quería defraudarte por el gran amor que te tenía! 

¡Porque pensaba que desde el cielo tú me estabas apoyando y sabías que era una guerrera! 
Cuando en realidad ese apoyo perfectamente pudiste habérmelo dejado antes de irte… 

¡Sí! Soy una guerrera de la vida… 

Es bueno también que sepas… 

 “Ella” se reconcilió con el esposo a los seis meses de tu partida y lo llevó a vivir a la casa que le compraste.

 Actualmente tu hijo trabaja para sostenerse porque el padrastro se gasto la herencia que le dejaste. 
¡Pero es un buen muchacho! …¡Es Policía! 

El hijo que dejaste en mi vientre… ¡Es Comando de las Fuerzas Especiales del Ejercito! 
Que cosa… ¡Al que no le gusta el caldo se le dan dos tazas! ¡Dos militares!
¡Lo que tanto odiaste! No te preocupes que la niña no es policía…
¡Estudio Enfermería! 

Mi madre… Esa mujer que te quiso tanto, cuando se enteró de la verdad se entristeció muchísimo, pero aun así me brindó su apoyo, pero poco a poco a medida que las cosas iban empeorando fue evadiendo la realidad y un día cualquiera le diagnosticaron Alzheimer…
El único día de lucidez que tuvo después de ese diagnóstico, fue el mismo día de su muerte…

¡Murió con tu nombre en sus labios! 

Yo… Hubo un tiempo que fui una pirata, con parche en el ojo y todo, para no ver lo que me dolía, saqueaba la alegría de los perros y el calor de las familias… 

Después me convertí en una amazona y así cabalgando por la vida saque los chicos adelante. 
Actualmente soy encantadora de palabras frente a la pantalla de un computador…
 
No te imaginas la cantidad de cosas que he sabido de ti desde el mismo día de tu muerte, es verdad eso que dicen que “El interesado es el último en enterarse” 
Sinceramente estuve casada con un desconocido… 

Hay momentos en que he tratado de justificarte pensando que tal vez la vida no te dio tiempo para poner las cosas en orden, pero analizando bien las cosas ¡Tuviste todo el tiempo del mundo para hacer los cambios y proteger a tus hijos aunque no me hayas tenido en cuenta! ¡Simplemente a mis hijos los ignoraste! 

¡Que Dios haya perdonado tus culpas! 

He pasado veinte años de mi vida recordándote, extrañándote, justificándote ¡Pero ya no puedo más!
No puedo seguir engañándome, llegó la hora de aceptar la realidad… 
¡No puedo seguir idealizándote! ¡No puedo seguir haciendo de ti un ídolo de oro, cuando en realidad fuiste un ídolo de barro que desde el mismo día de tu partida se empezó a desboronar cuando vi a esas dos mujeres desconocidas como lloraban desesperadas ante tu tumba! 
¡Eran tus amantes!
¡Es por eso que estoy aquí! ¡Vine a gritarte mi verdad! 
¡Una verdad que me desgarra el alma! ¡Una verdad que durante veinte años he mantenido oculta para no empañar la imagen que tus hijos tienen de ti!
¡Esta es la última vez que te visito! ¡Por ti nunca más una lágrima voy a derramar! 

Y soltando el ramo de rosas, di la espalda y a paso lento me aleje para siempre de la tumba del hombre que tanto había amado en la vida, sin volver la vista atrás, musitando…

 ¡Descansa en Paz! 

¡El Pasado junto a él lo acababa de sepultar!
 ¡Después de veinte años al fin me pude desahogar!




 

¡REFLEXION!


¡VOLVERTE A VER!


¡VOLVERTE A VER!

Dedicado a mi hijo Evelio Jose Soldado Profesional del Glorioso 
Ejercito Nacional de Colombia


 Hijo: 

Aunque mis ojos no te puedan ver, te puedo sentir, 
aunque mis manos no puedan tocar tu rostro, 
sé que estás ahí en algún lugar de la selva colombiana, 
esperando una sonrisa, una frase y mis bendiciones… 

 ¡Ojala hoy pueda alegrarte, aunque sea un instante de tu día! 

 Cuando las olas de los problemas me revuelcan y tratan de ahogarme, 
cuando el frondoso bosque trata de soltarme tu mano, 
cuando la tristeza de mi quebranto rodea mi rostro, 
cuando creo que estoy lejos de ti, tu más te acercas a mi lado.

 A veces me pregunto 
¿Por qué me quieres tanto? 
¿Porque me idolatras tanto?

 ¡Si soy una madre que comete tantos errores! 

 Quizá sea el saber que todas mis frases 
y todo lo mejor de mi te pertenece.
 Mis deseos de verte me revuelven, quiero ser un ángel, 
tocar tu rostro, besar tus ojos, tocar tus manos,
 acariciar tu piel, secar tus lágrimas… 

¡Ojala nunca tenga la oportunidad de hacerte llorar! 

 Quiero tomarte en mis brazos y decirte con toda el 
alma mirándote a los ojos que tú eres el mejor
 regalo del cielo, eres mi descanso, mi reposo, 
y mi ilusión diaria aunque ahora la novia sea un fusil y tu madre… 
¡La Patria! 
¡Volverte a ver es mi única ilusión!