¡LA AVISPA Y
YO!
(Anécdota
real)
Hace unos días me acerque al lavadero de
mi casa y descubrí en la alberca una
avispa que había caído en ella y luchaba por salir del agua; condolida metí la mano para salvarla y con mucho
cuidado la rescate posándola en el dedo índice.
La observe por unos minutos teniéndola
aun en el dedo, contemplando como movía sus débiles alitas y recobraba fuerzas,
¡De pronto! un dolor lacerante me atravesó el dedo, la mano ¡Todo! y el insecto
alzo su vuelo, dejando en mi adolorido dedo un pequeño Aguijón…
Lo primero que se me vino a la mente fue
¡Desagradecida así me pagas el haberte salvado!
Y pensé:
“Así hay personas después que se les
tiende la mano pagan con el aguijón de la traición.”
Con sumo cuidado lo retire dejando en mi
dedo un punto de sangre y observándolo detenidamente me dije ¡NO! Es un
animalito inocente que carece de la maldad e interés del ser humano, quizá esa
fue su forma irracional de darme las gracias.
¿Ustedes que opinan?
¡Todavía me duele el dedo eh!