lunes, 2 de diciembre de 2013

¿PERO...Y EL CIRIO? PUBLICADO EN EL GRUPO LITERARIO ""GUARIDA DEL LAPIZ Y EL PAPEL




 ¿PERO...Y EL CIRIO? 

Esta historia que hoy les relato sucedió hace más o menos unos 34 años, para ese entonces tendría yo unos 19 quizá 20 años de edad y vivía aun en la casa con mis padres. 
Un hecho que me marco para siempre porque después de este suceso no volví a ser la misma… 
 “Nuestra casa era esquinera y estaba ubicada en un barrio de clase media, cerca a una iglesia y un parquecito, el ventanal de mi cuarto daba a la calle exactamente frente a un negocio tipo miscelánea, donde todos los días se reunían algunos vecinos a echar una “partida” de domino, este ritual se repetía dos veces al día hasta ciertas horas de la noche y los fines de semana se prolongaba hasta casi la madrugada.

Ya estábamos acostumbrados al continuo ruido de las fichas al ser tiradas sobre la mesa y a veces decíamos que “penaban”. Hasta que una noche… 

Era aproximadamente las 12:30 de la noche, me encontraba ya acostada pero no podía conciliar el sueño, el ruido de las fichas del domino me taladraban los oídos, sentía dolor de cabeza y lo peor era que el ruido se iba haciendo poco a poco más fuerte y constante; me levante y me asome por la ventana mirando hacia el negocio y en efecto ahí estaban los jugadores, pero el negocio estaba cerrado, cosa que no me sorprendió porque el dueño tenía la costumbre de cerrar el negocio y quedarse afuera jugando un rato con los amigos.

Decidida me cambio de ropa y me dirijo hacia la calle, con el fin de decirles que por favor ya estaba bueno, que dejaran dormir, que no fueran perniciosos etc., pero cuando llego a la reja y miro hacia el negocio, me llevo la sorpresa que la mesa no está y en su lugar había un grupo de personas todas cubiertas de pies a cabeza con una túnica blanca, organizándose en una procesión y todos llevaban un cirio encendido en las manos… 

Se me heló la sangre, trate de correr hacia casa, pero los pies no me respondían…
 
¡Estaba paralizada de la impresión! 

Sin saber que hacer observo como una de esas personas se separa del grupo, se acerca donde estoy y me entrega un cirio encendido, trate de verle el rostro pero me fue imposible porque traía la cabeza baja, recibo el cirio y como hipnotizada la sigo y sin darme cuenta en pocos minutos me vi formando parte de la procesión… 
 Los seguí por varias calles conocidas, íbamos rezando una letanía que por más que lo he intentado nunca he podido recordar, pasábamos de largo por las iglesias, pero nos deteníamos en los cementerios (En mi ciudad hay tres), visitábamos las tumbas, rezando siempre la misma letanía… 

Así camine y camine, sin sentir cansancio porque sentía que flotaba, recuerdo que llegando a la Transversal 23 de mi barrio, poco a poco los miembros de la procesión se fueron dispersando y sin darme cuenta me vi frente a la iglesia, como sonámbula me acerque y me senté en una de las bancas del parque y me quede dormida. 

Desperté sorprendida al escuchar el canto de los gallos, mire hacia el reloj de la iglesia, eran las 5 de la mañana, vi a mi alrededor… 

 ¡Estaba Sola! 

De las personas con las que había estado la noche anterior no había ni un rastro… 
¡Pero un cirio ahora apagado, reposaba en mis manos! 

Corrí hacia mi casa, los pies me dolían, estaban maltratados y llenos de ampollas, cuando me acerque a la reja descubrí que a un lado de la entrada estaban mis sandalias, las tome entre mis manos, con el cirio aun entre ellas y entre a la casa… 

Mis padres ya se habían levantado y no se sorprendieron con mi llegada porque se imaginaron que había madrugado para ir a la misa de gallo, era 1ro de noviembre “Día de las Ánimas” 

Escucharon mi historia en silencio, mientras mi madre me curaba las heridas, no sé si me creyeron o no, pero lo cierto fue que a los pocos días mi padre vendió la casa y nunca se hablo de este tema con nadie… 

Ha pasado mucho tiempo de esta experiencia y a veces pienso que fue un mal sueño  ¿Pero…y el cirio? 

El cual dicho sea de paso ese mismo día lo deje en la puerta de uno de los cementerios…”

DNDA@COLOMBIA 
OCTUBRE 31 DE 2013





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