Mirando al horizonte entristecida
Suspira en silencio compungido
Su alma hecha pedazos
Sangra amargamente
por su herida
Heridas sangrantes
en el alma anida
Reclamando inviernos
en olvido
Es su dolor una daga amarga
que vive lacerando sus caminos
La tarde oscurece
lentamente,
El viento nueve plácidamente
los encinos
Y sólo un pensamiento
es claro a sus sentidos…
Andar hacia nueva estaciones
Y recobrar al fin
lo un día perdido
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