domingo, 27 de abril de 2014

¡LA CONDESA! Relato de la vida real


 ¡LA CONDESA!

¡Si..! La Condesa, ese es el nombre con el que mi tía Cenit había bautizado la perrita criolla que le habían obsequiado el día de su cumpleaños… 

 ¡La Condesa! 

La crió con especial esmero, le enseño hábitos e hizo de ella una perra muy fiel, valiente pero no agresiva. La condesa permanecía siempre al lado de mi tía y para donde ella iba, la perra la seguía, como fiel guardián.

Debido a circunstancia del destino la familia se vio obligada a abandonar el pueblo donde habían pasado toda su vida y venirse a Valledupar para empezar una nueva…

¡Mi tía se trajo con ella a la Condesa! 

Pasó el tiempo y la Condesa se hizo adulta y de un día para otro mi tía empezó a padecer de continuos dolores de muelas, eran molestos estos dolores que a veces no dejaba dormir a nadie, rabiando, fue entonces cuando una hija decidió llevarla donde un odontólogo para que le extrajera las piezas molares que la estaban afectando.

El odontólogo se extraño bastante al ver una encía demasiado enrojecida, (De esto me entere después del suceso), no hizo preguntas al respecto y extrajo las piezas afectadas. 

Lo que ignoraba el odontólogo es que mi tía era fumadora compulsiva, no de cigarrillos sino de calillas (cigarros largos elaborados con tabaco puro) y lo más insólito del caso era que los fumaba con la candela para dentro y de ahí provenía el enrojecimiento de la encía, a lo que yo siempre me preguntaba: 

 ¿Cómo hace para no quemarse el paladar y la lengua? E incluso hablaba con el tabaco dentro de la boca así encendido, debo señalar que este vicio era de toda la vida. 

Bueno una vez que le fueron extraídas las molestas piezas el sangrado no desapareció como debió suceder en su momento, no al contrario, sangraba diariamente y ella se quejaba de que le dolía la encía y casi no podía comer, nosotros pensábamos que era debido al maltrato de la extracción, pero una noche llego a llorar por el fuerte dolor y expulsaba coágulos de sangre. 

Fue así como mi prima la llevo donde el médico para que le recetara algo para detener el sangrado y el dolor, le tomaron una placa, le hicieron una serie de exámenes y nos llevamos una sorpresa bastante dolorosa cuando el médico nos dio el diagnostico… 

¡Mi tía Cenit tenia Cáncer en la boca y en estado terminal! 

El calor constante  le había cocinado toda la boca y al removerle las piezas este se manifestó de forma agresiva y había hecho metástasis en la garganta.
 
Se dice que no es morir de cáncer es saber vivir con el cáncer… 

Esa pobre mujer se echo a morir por el impacto de la noticia.

A veces pienso que los médicos son indolentes y no piensan en el daño que hacen cuando emiten un diagnostico delante de un paciente. 

Esa señora se encapricho con la enfermedad, además ya no podía comer nada solido, se alimentaba con líquidos y así poco a poco fue perdiendo el apetito. 

La enfermedad estaba tan avanzada que ya de nada servían las quimioterapias, hasta que al fin cayó postrada en cama, pero aun así no  dejaba de pedir que le cuidaran a su Condesa y le dieran de comer e incluso en varias oportunidades que la fui a visitar la encontré llorando acariciando a la perra. 

Recuerdo que el mismo día que cayo postrada para no levantarse más, la Condesa se metió debajo de la cama rehusándose salir allí, atacando a todo el que se acercaba a ella, al único que obedecía era a Julio uno de los hijos de mi tía.

Mi tía se agrava y fallece, empezando  así los problemas con la Condesa, que no dejaba que nadie se acercara al ataúd, se colocaba debajo de la mesa que hacía de altar y gruñía, cuando se descuidaban se paraba en dos patas delante del ataúd y se quejaba, fue una lidia esa noche con ese animal, entonces decidieron amarrarla para que no fuera a morder a nadie 

Cuando llego el momento del sepelio, no sabemos cómo se soltó esa perra y salió corriendo delante del cortejo fúnebre latiendo por toda la calle acompañando a su dueña hasta la iglesia, una vez que salimos de allí, hizo lo mismo cuando salimos de la casa, salir corriendo delante del cortejo latiendo por todo el camino hacia el cementerio… 

Ya de vuelta a la casa después de sepultar a mi tía Cenit, nadie se acordó de la Condesa y fue mi madre la que comento la acción de la perra admirando su fidelidad, entonces salieron a buscarla y para sorpresa de todos la hallaron acurrucada sobre la cama de mi tía, le hablaban:

¡Condesa! ¡Condesa! ella solo gemía y movía la cola, decidimos  dejarla quieta y nos dirigimos a celebrar el rezo… 

Así pasaron ocho días de velación, ya nadie le prestaba atención a la perra la cual poco a poco parecía que se estaba acostumbrando a la ausencia de su dueña. 

El noveno y último día de velación, como es costumbre en algunos pueblos de Colombia y digo algunos porque ya poco a poco se ha ido perdiendo la tradición; se realizo la consabida “Levantada de la mesa”; después de esta sentida ceremonia, nos dirigimos todos los dolientes al campo santo para dejar allí coronas de flores, rezar sobre la tumba de la finada y darle un ultimo adiós. 

Si mal no recuerdo eran aproximadamente las seis de la mañana cuando llegamos al cementerio y le pedimos al celador que nos abriera el portón, luego nos dirigimos a la tumba y cual sería nuestra sorpresa cuando encontramos a la perra acostada sobre la misma, por un momento pensamos que estaba dormida,  pero no, la Condesa estaba ¡Muerta! 

Por lo que pudimos observar no hacía mucho tiempo que había muerto porque su cuerpo aun estaba tibio; tiempo después ya un poco repuestos de la impresión, llamamos al celador y este nos manifestó que esa perra había estado visitando la tumba todas las noches, que gemía arañando la tierra y el la había espantado… 

Admire en silencio la fidelidad del animalito hacia su dueña y le sugerí a Julio mi primo que cavara y la sepultara allí mismo, cosa que fue aprobada por todos y así se hizo. 

¡La Condesa quedo sepultada en la misma tumba con su dueña! 

Pasado los tres años que da la ley para exhumar los cuerpos cuando las tumbas no son propias, los restos de mi tía y su amada perrita Condesa fueron exhumados y desafiando así todas las prohibiciones legales y eclesiásticas acerca del lugar que le corresponde a los animales cuando mueren, los restos de ambos reposan en el mismo cofre en un osario en uno de los tres cementerios de Valledupar

Después de este caso jure que nunca en mi vida tendría perros en mi casa. 

No los odio, no les temo, simplemente… ¡Los Respeto! 




DNDA@COLOMBIA 
ABRIL 26 DE 2014

4 comentarios:

  1. Amiga querida, me has hecho llorar con este relato. El 8 de Enero tuvimos que sacrificar a mis dos perritos viejitos, ambos tenían cancer avanzado, uno tenía cancer al colon, y el otro tenía un tremendo carcinoma en la vejiga, y en cualquier momento podrían tener una muerte horrible, por eso decidimos hacerlos dormir, tenían 15 y 16 años respectivamente. Los amé mucho, los amé con pena y ternura, y me hizo llorar el sentir su ausencia. Pero ya me he consolado. Amiga, a propósito de ese bello video que has puesto te voy a comentar solamente a ti algo que me sucedió hace años con un cocker spaniel que tuve, y me amó mucho, y yo también a él. Tenía 14 años y 8 meses cuando murió del corazón. Y nunca voy a olvidar su mirada de amor y despedida que me dió la noche antes de su muerte. Fue una mirada más que humana, y en ese mirar me dijo: "Mamá, ya no te voy a ver, te amo mamá", eso se me ha clavado en la memoria y en el corazón. Amiga Helia, tú sabes que yo soy cristiana evangélica y tengo comunión constante con el Señor. Y recuerdo que como yo quedé muy dolida por la muerte de ese perrito, yo me la pasaba echada en mi cama llorando con la luz apagada,. en completo desconsuelo. Y en una de esas oportunidades, le pedí al Señor en oración "Devuélveme a mi perrito por favor", devuélveme a mi bebé. (Pues para mí era un hijo), fue allí que pude ver en visión el rostro de mi Jesús que me dijo: "El que tú escojas, tendrá su espíritu". Y entonces se alegró mi corazón y me llené de fe, pues al poco tiempo ya ansiábamos tener otro cocker spaniel, y recuerdo que mi esposo me trajo uno chiquito y bonito, pero resulta que le notamos que le salía de la naricita un moco verde, y supimos que se lo habían vendido enfermo. Entonces no le quedó más remedio que devolverlo a la tienda de mascotas. Y me dijo "Mejor cómpralo tú, porque yo estoy ocupado en el trabajo y no voy a tener tiempo de buscar otro perrito" Entonces un buen día me fuí con mis hijas, pero no tenía dinero, solamente me fuí a una tienda de mascotas un poco distante de mi casa, solamente quería mirar cachorritos para soñar. Pues no tenía dinero alguno, recuerdo que entramos y en una vitrina habían tres dulces cachorros cocker spaniel, dos hembras y un machito, y yo me enamoré del machito, era el más bello, el que más se parecía a mi cocker anterior, tenía el mismo colorcito, todo igual. Y el dueño del establecimiento al verme interesada, me habló del precio, pero yo le dije con tristeza que no tenía dinero en ese momento, que quizás volvería otro día, pero no te imaginas cual sería mi sorpresa, cuando el hombre me dijo: SI ME DEJA SU DOCUMENTO, SE LO PUEDO FIAR HASTA MAÑANA, Y PODRÍA LLEVÁRSELO AL CACHORRITO....Recuerdo que me llené de entusiasmo y alegría, le dí mi documento de identidad y me hizo firmar un cuaderno, y cargué en mis brazos a mi adorado cachorrito, (el machito), y me lo llevé a casa con la alegría de mis hijas también. Y me acordé que Jesucristo me había prometido: EL QUE TÚ ESCOJAS TENDRÁ SU ESPÍRITU...y se me llenó de fe el corazón y le puse el mismo nombre del perrito anterior: PELUSÓN... Y ese es mi Pelusón que me ha durado casualmente 16 años, que llenó mi vida también de felicidad, y me enseñó mucho de su fidelidad y amor, y de sus adorables travesuras. Siempre supe que era el mismo que se me había ido, siempre supe que Dios en su misericordia me lo había devuelto, pues tenía su mismo espíritu. Ese es uno de los que el 8 de enero tuvimos que sacrificar por su cancer avanzado, el otro era un perrito que recogió mi esposo de la calle, ya viejito. Amiga, Dios es grande y maravilloso, para él no hay imposibles, Cristo me lo dió dos veces a ese bendito PELUSÓN. Te dejo mi abrazo con mi cariño y sinceridad. Tu amiga Ingrid Zetterberg

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ingrid por estar presente en mis letras
    Si yo tambien llore mucho cuando sucedió el caso y
    llore tambien escribiendo el relato fue revivir esos momentos
    que por mucho tiempo tuve guardado en mis recuerdos...

    Agradezco infinitamente tu presencia en mis letras.

    Un abrazo

    Helia

    ResponderEliminar
  3. Hermoso relato amiga, me emocioné mucho! ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Aurorita me honra su presencia en mis humildes letras

      Desde la distancia un sincero abrazo

      Helia

      Eliminar