sábado, 16 de diciembre de 2017

¡CARTA A UNA AMIGA QUE SE FUE!

  

¡CARTA A UNA AMIGA  QUE SE FUE!
(Nadina Polo)

Querida Nadi

Hoy un mes después de tu partida, me entristece el pensar que nunca cruzó por mi mente, que un día escribiría estas letras para ti.


¡Amiga mía! ¡Hermana de mi alma! mi pluma llora y mi corazón sangra por tu ausencia, sé que no te has ido del todo, porque quedaron muchas cosas por decir…

De mi parte puedes irte tranquila que no hay que no hay decir, ni nada que arreglar porque todo lo que tuvimos que decirnos nos lo dijimos minutos antes de tu partida.

Cómo quisiera que tu presencia no se alejara nunca de mi lado, ¡Te quiero! y no sabes cuánto te extraño, no sé cómo va a seguir mi vida sin ti y sin tu amistad, pero tengo que dejarte ir para que desde el cielo sigas guiándome y apoyándome como lo hiciste cuando estabas aquí.

¡Gracias por tu amistad! ¡Gracias por tu confianza! Espero no haberte defraudado.
¡Gracias por todo lo que hiciste por mis hijos y por mí! Nunca lo voy a olvidar.

¿Sabes? Ahora me visto de negro, pero quiero que sepas que si un día me ves vestida de color, no te preocupes por eso, mi luto lo llevo en el alma y el ama es eterna.
Si me escuchas cantar no pienses que te olvidé, es que cantando desahogo mi llanto.
Estoy segura que en este momento me estás diciendo como siempre lo hacías “No os preocupéis”

¡Ay Nadina! Vivimos tantas cosas juntas, estuvimos unidas en las buenas y en las malas, hasta el último momento estuvimos hablando, ese “Enciérrate” que no alcanzaste a leer quedará por siempre grabado en mi como un tatuaje en el alma.

Esa risa, esa alegría y esa manera jovial de ver la vida, será mi aliciente para seguir andando… ¡Sola!

Si…ahora me toca andar sola, pese a que estuve contigo todo el tiempo y te acompañe hasta tu última morada, ¡Me quedo sola! pero tengo que dejarte ir amiga, por tu bien y por el mío, por tu bien para que te encuentres con Dios nuestro señor y por mi bien para seguir en mi diario andar.

Te llorare en silencio cuando a mi mente lleguen tus recuerdos, iré a visitarte, te cantaré canciones, te contaré anécdotas que nunca faltarán, apoyaré a tus hijos con un consejo, los consolaré con un abrazo y las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ellos, ¡Te lo prometo!

Ahora tienes que irte ¡Anda vuela bien alto!, cual ave libre y alcanza la paz celestial, nunca te voy a olvidar pero a partir de hoy poco te voy a nombrar.

¡Sólo en mí silencio vamos a dialogar!

Vuela mi niña buena que un coro celestial te espera para darte la bienvenida y una escalera de nubes y estrellas te guiará hasta lo más alto del cielo, donde Dios nuestro señor en su trono, con los brazos abiertos te espera.

Oye…Antes de irte sólo un favor te voy quiero pedir...

¡Cuando llegue mi hora de partir pídele permiso a Dios para que seas tú quien me venga a buscar, porque nuestra amistad seguirá firme por toda la eternidad y tomadas de las manos disfrutaremos por siempre de la paz celestial!

Ahora sube, la hora ha llegado ya…

¡Vuela mis rosa sin espinas! que las puertas del cielo se están abriendo para ti, no mires hacia atrás, sigue la luz hasta el final...

¡DESCANSA EN PAZ!




 

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